Volvemos a hacer una entrada de educación nutricional después de un poco de tiempo (más largo del que nos gustaría, pero lo primero es lo primero, y hemos estado unos meses más ocupadillas 🙂 ).
Va a ser una entrada breve. Realmente podría ser un post de facebook o de cualquier red social, si bien, muchas veces preferimos el blog, ya que aquí no queda «sepultado» debajo de muchas publicaciones y es más fácil volver a buscar si necesitáis repasar la información de nuevo 😉
Esta idea parte, como casi todas las entradas del blog, de sucesos del día a día. Muchas veces en consulta llegan pacientes que consumen lácteos enriquecidos debido al interés en incrementar el aporte de calcio en la alimentación. También parte de todas las veces que las veo en el supermercado, muchas veces más a la vista que la leche «sencilla».
Una vez hecha la introducción, vamos a meternos en el tema:
¿Es necesario el consumo de leche enriquecida en calcio?
¿Es mejor que la leche sin enriquecer?
Antes de responder estas dos preguntas, vamos a hacer un muy breve recordatorio de que la leche no es necesaria pero tampoco perjudicial. Es decir, puede ser un alimento que forme parte de nuestra alimentación, pero también se puede llevar una alimentación saludable sin ella. La mayoría de la gente está preocupada por el consumo de calcio y su relación con los lácteos (sí, son una buena fuente), pero existen otros alimentos que también lo aportan: pescados (sobre todo aquellos que se consumen enteros), mariscos, frutos secos, legumbres, etc). El resumen de esto es: consume lácteos si quieres, si te gustan, pero no porque sean obligatorios.
Aclarado esto, pasemos a las dos preguntas:
¿Es necesario el consumo de leche enriquecida? No.
Si no es necesario ni siquiera tomar lácteos, tomarlos enriquecidos no va a ser fundamental.
¿Es mejor que la leche sin enriquecer? Tampoco.
La diferencia en el contenido de Calcio de la leche enriquecida vs leche sin enriquecer es mínimo. Para ello, hemos escogido una leche semidesnatada de la misma marca blanca (DÍA), en sus dos variedades, enriquecida y sin enriquecer:
Cómo se puede apreciar en la imagen, el contenido en calcio difiere en 40 mg por 100 ml. Si al día, los requerimientos de calcio se sitúan alrededor de 900 mg (variable según edad y sexo), esta diferencia no parece ser mucha, y se puede cubrir a través de otros alimentos.
Lo que si hay que tener en cuenta, es que los productos enriquecidos suelen ser más caros. En este caso, al ser marca blanca, la diferencia no es desorbitada (0,60 euros el brick de leche sin enriquecer frente a 0.72 euros el brick de leche enriquecida), si bien, siempre es preferible que ese sobrecoste se dedique a otros alimentos que también nos van a aportar beneficios en nuestra salud ósea (por ejemplo, pescado azul, fuente de vitamina D) o en compranos unas zapatillas y empezar a hacer ejercicio físico 😉 (fundamental para nuestros huesecillos y, en general, para nuestra salud).
Como resumen final –> Consume lácteos si quieres, consúmelos enriquecidos si así lo deseas, pero no porque estos últimos vayan a suponer una gran ventaja en tu salud.
Espero que este post sirva para aclarar este pequeño punto en la compra y la alimentación del día a día. Cualquier duda, podéis dejarla en los comentarios del post o escribirnos a info@dcienciasalud.com
¡Nos leemos en la siguiente!
Rocío Diago Ortega
Dietista – Nutricionista de DcienciaSalud